miércoles, 5 de octubre de 2011

Un saludo

Es una frescura viva y un ardor violento
tener que habitar este cuerpo,
imaginar la existencia dentro de este envase frágil que cuido y destrozo
lavo, ensucio, perfumo, toco
que entrego al amor de mi mujer y lo enfermo con vicios
y lo libero con buen alimento.
Y cuando mi ser se deja llevar por su naturaleza y su intuicion,
las tripas me explotan de confianza,
y voy respirando hondo, orondo, sencillo, al ritmo del aire
y una especie de furia loca conecta
mi esencia con lo tangible.
Entonces camino, veo gentes, calles, almas amables
serenas y simples,
en cualquier esquina, placita o tren
y veo también caretas actuando su obrita en un teatro ciego
ensordecidos por el ruido que ellos mismos provocan,
y se cuanto les cuesta
tener que afrontar su propio silencio,
su voz interior que se enmudece de a poco dentro del pecho.
Pero el viento sopla hermano, y sopla y sopla mas bravo y corajudo cada día
y el techo ruge estruendoso esta noche
porque la lluvia tiene una estremecedora sed de bondad
y en su inocencia quiere atravesarlo todo
destruirlo todo y surcar la tierra.
Contemplo tu cuerpo, mi vida, aprecio tu hermosura
y dentro de él siento a tu espíritu latiendo fuerte
como lo hizo siempre
como lo hace desde hace millones de años
en otros cuerpos también bellos
y reconozco en nuestras formas a otros seres, otras almas, hermosas personas
plagadas de errores y locuras
poetas, padres, artistas, laburantes, soñadores
que con sus pasos mal dados
dejan huellas imborrables
lecciones que nos dicen que la vida es mucha
y sigue siendo buena.
Yo me desangro, loco, me rajo las venas
si alguien me asegura que
nunca se podrá,
que es en vano soñar
y levantarse todos los días
con una esperanza
terrible


Saludo al día, a vos,
a mis amigos,
a todos esas almas
llenas de fe

que siguen disfrutando
de la búsqueda.